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domingo, 17 de mayo de 2009

¿COMO DETECTAR AL MENTIROSO SEGÚN SUS PALABRAS?



¿Trabajando tarde otra vez? ¿Una cita secreta? Según expertos, escuchar con detalle el lenguaje que usan los mentirosos puede ayudar a separar la realidad de la ficción.

"Si las personas están mintiendo, esto lo comunican de formas cuantitativamente diferentes", explicó Matthew Newman, investigador de la Universidad de Texas en Austin.

Mediante el uso de un complejo programa de computadora que efectúa un análisis de palabras, el investigador y sus colegas pudieron identificar a los que mentían en dos terceras partes de las veces, "captando la psicología subyacente".
Los hallazgos se presentaron recientemente en Georgia durante el encuentro anual de la Sociedad de Personalidad y Psicología Social. Cada vez más investigaciones indican que, cuando engañamos, las palabras que usamos nos delatan de tres formas diferentes.

Primero, los mentirosos tienden a evitar las palabras "yo" y "mi" cuando relatan sus historias embusteras. "Por otro lado, tratan de distanciarse de la historia falsa", explicó Newman en una entrevista con Reuters Health. "Se refieren menos a sí mismos".
Como la historia no se basa en su experiencia personal, el relator no es, simplemente, parte de lo que está describiendo", agregó.

Segundo, las historias de los mentirosos carecen de detalles sobre los hechos. "Cuando se miente, se está bajo un tipo de 'carga cognoscitiva', lo que significa que hay mucho en qué pensar", dijo Newman. "No sólo hay que construir la historia a partir de la nada, ésta tiene que sonar convincente, al tiempo que uno se pregunta '¿me estoy saliendo con la mía?' Como resultado, uno no tiene energías para elaborar", añadió.

Los detalles pasivos y secundarios que normalmente incluimos en el recuento de un suceso pasado, como, por ejemplo, "llevaba puesto un lindo traje azul", dan lugar a unos cuantos enunciados que apoyan los hechos que, por lo general, vienen acompañados de verbos directos, como "me gritó y eché a correr".

Por último, la tensión de la mentira puede revelarse en emociones negativas, como el enojo o la ansiedad. "Los mentirosos tal vez sientan cierta culpabilidad" por su embuste, explicó Newman, y temen que los descubran. Como resultado, sus historias ficticias tienden a ser más negativas desde el punto de vista emocional, con palabras que denotan enojo o temor y que, si la historia fuera cierta, se usarían con menos frecuencia.

Para probar estas suposiciones, Newman y sus colegas contaban con individuos que mentían o decían la verdad sobre actitudes o experiencias en cinco escenarios diferentes.

La veracidad de estos relatos se sometió a juicio por jueces imparciales o por un programa de computadora especialmente diseñado, llamado Linguistic Inquiry and Word Count (LIWC).
El LIWC está diseñado para captar patrones de palabras en historias individuales, analizando el 'potencial de falsedad'.

¿El resultado? los jueces acertaron el 52 por ciento de las veces al distinguir entre la verdad y la ficción. El programa de computadora, basado en palabras, estuvo en lo correcto en hasta el 67 por ciento de las veces, dependiendo del tipo de narración presentada.

Es obvio que el método no es infalible. "La mejor manera de detectar a los mentirosos es con un experto entrenado que sepa exactamente qué buscar en términos de lenguaje, o un polígrafo", dijo Newman.

Además, Newman advirtió que es el tono general de una historia, no palabras o frases individuales, lo que delata a los que mienten.

Desde hace tiempo, la ejecución de la ley tiene presente la importancia de claves lingüísticas en el testimonio.

"El FBI utiliza algo similar para analizar las declaraciones, explicó Newman. Expertos de la agencia algunas veces dirigen sus sospechas hacia una declaración escrita y entonces "hacen que alguien la revise, busque detalles y detecte inconsistencias".

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