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jueves, 11 de marzo de 2010

VIVIR DE MENTIR



Lorena trabajaba el 11 de marzo de 2004 para la empresa Asispa, destinada a la asistencia domiciliaria de enfermos en Barajas. Aquella tarde, acudió con absoluta normalidad a su puesto, según la propia compañía. El registro del ambulatorio de esa localidad madrileña, en la otra punta de los lugares donde sucedieron los atentados, confirma que fue atendida a las 18.40 horas, 11 después de la matanza. Una vez allí, dijo que viajaba en uno de los trenes, que le dolía el hombro y que tenía temblores. Fuentes sanitarias aseguran que los médicos que la atendieron no encontraron ninguna lesión, ni siquiera dolor en los oídos. No tenía nada.

Fuente: elmundo.es

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